No permitas que nadie defina tu valor, determine tu talento, o declare tu “potencial”. Tú y solo tú puedes saber tu valor y lo que puedes lograr.
Habrán momentos cuando no creas en ti mismo, perdido en las declaraciones del mundo exterior, o en búsqueda de aprobación externa que no llega, tal vez decepcionado porque los resultados aparentan ser totalmente opuestos a lo que esperabas, o lo que por dentro esperabas lograr.
Déjame compartirte lo que pienso. Tú sabes lo que eres. Tal vez dejaste de escucharte a ti mismo y de creer. O te repites por dentro lo que otros dicen. Recuerda, ¡si tú no crees en ti mismo, nadie lo hará!
Puede que te falten herramientas. Puede que te falte conocimiento. Puede que te falte la comprensión de cómo leer una situación. ¡Pero puedes aprender todo eso!
Tienes que seguir creciendo, aprendiendo continuamente, rodeándote de gente inteligente, que admires, mejor que tú, complementaria, aprendiendo cómo escuchar, cómo recibir feedback y beneficiarte de eso, que esas opiniones se tornen en guía y no en verdades absolutas. Practicar dar primero -que te permitirá descubrir cómo otros realmente aprecian tu talento-, pero nunca abandones esa voz interior, nunca abandones tu camino, nunca abandones tu sueño, ¡nunca te detengas porque alguien dice que no puedes hacerlo!
Toda regla allí afuera es social, fue inventada por hombres y mujeres. Siempre hay alguien que decide o ha definido las cosas, y ciertamente, alguien que puede hacer una excepción.
Toma cualquier plan de carrera por ejemplo, o regla para una promoción, aumento de salario, evaluación de desempeño, o la decisión de un jefe: son todas cosas externas que tú puedes aceptar o no. Siempre tienes alternativas, posibles negociaciones, hay ilimitados caminos -menos cómodos, más riesgosos, pero poderosos-. Siempre puedes trabajar para alguien más, o generar tu propio trabajo -emprender es ahora accesible a cualquiera independiente de los recursos controlados-.
Al fin y al cabo, el mundo exterior te puede exponer a cualquier cosa, la vida es impredecible y puede ser muy dura, las personas pueden tratar de hacerte mucho daño, pero tú eres el dueño de cómo reaccionas ante eso, eres la única persona responsable por ti, y tú tienes el poder de decidir cómo te cuentas a ti mismo la historia -una de las cosas más poderosas que tenemos-, eligiendo ser la víctima de fuerzas externas ¡o el protagonista de tus propios actos!
Nunca te quedes en un trabajo -incluso si es tu propia compañía-, una comunidad o grupo en donde:
1- No compartas los valores
2- No estés aprendiendo o creciendo -fundamental-
3- No te sientas cómodo con la recompensa -salario, satisfacción-
4- No tengas una clara proyección de crecimiento o no te aporte lo que estás haciendo -se convierta en rutina-
¡Piérdele el respeto un poco al miedo! ¡Diviértete! Disfruta quien eres. ¡Y trabaja fuerte, crece, aprende algo nuevo cada día! Todo llegará.